Monitorización Acústica para una higiene sonora
El avance de la ciencia permite que cada vez sea posible emplear mejores técnicas a la hora de cubrir las necesidades básicas de bienestar, tanto de las comunidades que forman una ciudad como de la fauna y flora que puebla un ecosistema concreto. Dentro de éstas, una de las que está ganando mayor relevancia es la monitorización acústica; a grandes rasgos, esta técnica permite controlar los índices de sonoridad en entornos muy poblados, así como también evaluar las condiciones de un medio marítimo o próximo al mar para así predecir (o solventar) el impacto de una hipotética o ya realizada actuación humana.
En los ambientes urbanos, la monitorización acústica tiene muchísima importancia a la hora de garantizar la higiene sonora de una área concreta. Sobre todo en las grandes ciudades, estamos expuestos a unos niveles de ruido que, a menudo, sobrepasan lo que sería aconsejable a efectos de salud. El exceso de ruido tiene efectos perniciosos, tanto en nuestro bienestar físico (problemas de audición, aumento del estrés…) como psicológico (insomnio, malestar emocional… ); por esta razón es tan importante monitorizar los niveles, tanto en las urbes como en las áreas próximas a grandes focos de ruido, como puede ser la zona colindante a un aeropuerto o a un complejo industrial.
La gestión ambiental del ruido tiene uno de sus usos, por tanto, en asegurarse de que se cumplen las normativas asociadas a la emisión de contaminación acústica, así como a asegurar la sostenibilidad de un entorno de manera que actuaciones humanas de diverso índole como pueden ser actividades industriales o de investigación no resulten un elemento que dañe o perturbe las costumbres de la fauna de un ecosistema. Es por esta razón que la monitorización acústica tiene un uso tan importante a la hora de analizar ambientes marinos. Si bien la evolución científica ha logrado que la presencia del hombre sea posible en lugares donde hace siglos se hubiera considerado imposible, dicho avance requiere una responsabilidad sostenible.
Monitorizar un entorno acuático y sus proximidades nos sirve, en primera instancia, para la previsión de posibles daños en la introducción de elementos nuevos en el ambiente. También nos sirve tanto para minimizar daños en caso de que ya exista un factor dañino no previsto o sin considerar que esté afectando a la zona; medir los efectos de dichos impactos y obtener datos sirve para una actuación más acertada y efectiva que permita evaluar y realizar las modificaciones necesarias.