Los puff son como unos grandes cojines que se usan como muebles o asientos para relajarse. Como tienen un suave y mullido relleno, se los puede trasladar fácilmente y se adaptan a la perfección al estilo decorativo de cualquier estancia. Estos, junto con las camas balinesas, son los elementos de moda en el mobiliario chill-out, pues se ven muy bien en ambientes de exterior como de interior, dado a que aportan distinción y comodidad.

Son perfectos para las personas que viven en apartamentos reducidos, ya que un día pueden tenerse en un sitio y cuando se necesite ese espacio sencillamente se colocan en algún rincón. Quedan perfectos en todos lados y los puedes colocar hasta en el patio o en la oficina, incluso hay negocios, como restaurantes, que ya los incluyen como una alternativa para elegir en donde se quieren sentar las personas.

Los hay pequeños para los más chicos del hogar, de tamaños medianos para los adultos y más grandes, para dos o tres personas.

Los hallamos en diferentes colores, para satisfacer las preferencias de cada persona.

Lo positivo es que los puffs resultan perfectos para obsequiar, pues a cualquier individuo le gustaría tener uno. Pero a la hora de obsequiar un puff resulta indispensable escoger el más apropiado en función a la persona a la que se desee sorprender. De ese modo, para un niño, por ejemplo, lo más conveniente es escoger un puff en algún tono oscuro, pues se sabe que los niños pueden derramar líquidos, escribirlos y arrastrarlos, y esas manchas son muy notorias en tonos suaves.