Para que una fruta tenga las propiedades óptimas tiene que ser cultivada ecológicamente, es así como realmente es totalmente favorable para la salud. Las mandarinas ecológicas, no están tratadas con químicos como orthopheniphenol o el thiabendazol, normalmente empleados para darle mayor brillo a las frutas.
El consumo de mandarinas ecológicas es muy bueno para personas que sufren hipertensión, diabetes, anemia, gota y exceso de peso, etc. Es una fruta con aportes nutricionales bien completos y que no se le saca la totalidad de sus beneficios con los cultivos convencionales.
Actualmente, es quizás la fruta preferida por los niños, pues es bastante sencilla para sacarle la piel y tiene un rico y dulce sabor que les encanta y que les lleva a repetir.
La mandarina integra el grupo de frutas cítricas, que representan una gran fuente de vitamina C; un antioxidante que puede ayudar a prevenir el daño provocado por los radicales libres y así da protección contra varios tipos de cáncer.